Me pongo el lazo rosa aunque de pequeña no me gustaban ni los lazos ni el rosa. El Día Mundial contra el cáncer de mamá merece eso y mucho más. Hace años vi la cara de mi tía pelear contra el tumor y lo hizo con una sonrisa. Desde entonces fui consciente de que la sonrisa no arregla cualquier dolor, pero lo hace más llevadero.
Cada vez son más las batallas contra el cáncer de mama ganadas. Año tras año, mujeres y hombres logran avanzar con los tratamientos y ponerse en punto de inicio de una vida normal en lo personal y profesional.
El primer año que me reincorporé al trabajo y viví este día, me prometí repetir cada año mi lazo, mi pulsera y mi sonrisa. El segundo, logré compartir la sonrisa y hacerla contagiosa. Este año me afano en repetir sin cesar a quien me escuche que, aunque a cualquiera nos puede tocar, hombres o mujeres por igual, solo unos pocos privilegiados estamos llamados a desahuciar los malos recuerdos y cantar aquello de Poveda “Un pasito más, que sí se puede/ Uno y otro más, mujer valiente / Lo que diga está de más / Ya sé que quieres gritar / Y no te sientas sola / Contigo estoy”
PD. Nos dejó Marian Ruiz de Larrinaga, @mamaenred, eso si, luchando y sonriendo, le recordaré cada vez que escuche al gran Poveda…
Chulísimo. La sonrisa es el medio y el fin en sí mismo, es mágica :D.
Sin duda, un remedio infalible!
Valiente.
One Smile for You, my friend…