No sé si uno se cura del cáncer, mi impresión es que no. Creo que no cierra etapas de tratamientos, pero que una vez que te ha tocado esta lotería, se repite, sea la enfermedad o sea el cuidado permanente. Pero es quizá el compañero, la familia y los cercanos quienes también necesitan momentos de evasión. Hay que dar y aprobar vacaciones.
Los “enfermeros”, desde el primer momento, tuvieron que acompañarte a las pruebas, operación, tratamientos, paseos, repaseos, desvaríos y preocupaciones. Hay que dejar volar al pájaro, como la familia Bèlier dejó partir a su hija para que cumpliera su sueño de cantar en Paris.
Cuando ves partir a quien ha estado clavado a tu lado en lo malo y en lo peor, puedes sonreír de satisfacción, porque si se puede ir quiere decir que estás bien. Supone que has recuperado fuerzas para cada mañana conducir hasta el trabajo, leer informes y entenderlos, escuchar reuniones más o menos largas y puedes estar en paz contigo misma por noches y noches.
Quien parte puede ahora recuperarse de la obligación diaria de estar pendiente, centrarse en su propia vida, trabajar por su proyecto personal, entregarse también a otros o simplemente descansar y recuperar su propio tiempo. Empezará por respirar profundo, desentumecer sus brazos atascados por la tensión y abandonarse a sí mismo.
Ambos dos podrán recapacitar, no solo sobre lo cansado de las vivencias y convivencias largas en situaciones difíciles. También para compilar lo sucedido, resetear lo innecesario, guardar lo interesante y volver a sentirse libres de ataduras.
Y todo ¿para qué? Posiblemente para que cuando pase un tiempo tengan oportunidad de reencontrarse y contarse cómo la vida puede, quizá, posiblemente, ofrecerles una segunda oportunidad.
Hola Mariajo!
Mucha fuerza!
Beso fuerte.
Pepe
Un fuerte abrazo y un feliz viernes.
No lo dudes… Siempre hay una segunda oportunidad y se tiene que estar preparado… Se empieza con el entrenamiento. Recuerdas, como Rambo «día a día «…
Así lo haré. No recordaba la frase, pero la tomaré prestada. Un abrazo y seguir disfrutando de cada viaje.
Crecer, conocerse y seguir creciendo. Aprender y rodearse de gente que brilla, que aunque se partan caminos saben que estarán siempre ahí.
Eres una persona fuerte y brillate. Gracias por lo que me has enseñado y por supuesto, estamos ahí.
Un abrazo muy fuerte.
Un día tecleando mi primer Mac pensé que nunca llegaría a dominar nada y que la tecnología no era para mi. Trabajando con un equipo de gente que no sólo tenía ilusión, también conocimiento, me reconcilié. Escribiendo un email pude descubrir un día cuánto me gusta la tecnología bien dirigida.
Estoy convencida que la vida nos sigue ofreciendo oportunidades siempre. Alejarte no es partir, es solo respirar y crecer. Y estaré encantada de ver en alguna de esas revistas digitales el éxito profesional de alguien que sabe y, como los grande, irradia humildad. Gracias dulce amigo.
Animo María, siempre adelante. Claro que siempre esta ahí la segunda oportunidad.
Un abrazo
María!!,
Olvídate de las impresiones (no quiero aburrirte ahora con ciencia y evidencia), tu sigue alimentando tu espíritu positivo y luchador, viviendo el presente, escribiendo y compartiéndolo con nosotros, eres un ejemplo a seguir.
Un abrazo muy fuerte y confío en poder verte pronto y darte un gran abrazo.
Marta
Gracias. En el camino de la vida y de la enfermedad, que es parte de la vida, te vas encontrando con gente muy interesante que te enseña a vivir mejor o de otra forma. Hay gente que impresiona mucha, hay gente que cala como lluvia fina, pero todos dejan su huella.
Gracias a todos los que compartisteis, compartís y compartiréis mi camino, cada día puedo ser un poco más feliz e intentar hacer más felices a los que me rodean. Aunque no siempre lo logre.
Abrazo,