Vivir con la botas preparadas

Todo me toca, todo me afecta, y no solo porque estoy viva. Desde pequeña supe de mi sensibilidad y cada día confirmo que me hace disfrutar tanto como sufrir. Esta semana, sin duda la muerte de José María Iñigo me ha afectado. Como todas las partidas sorpresivas, me pilló con el pie cambiado. Busqué la causa sin cesar, y apareció “larga enfermedad” y “cáncer”. Otro “disfrutador” más que se nos va. Y recordé tres grandes lecciones de su vida y trabajo.

Primera lección. Le gustaba la música y la convirtió en profesión. Fue innovador en formatos, tratamiento y toque. Se atrevió a cantar sin temor a desentonar y logró siempre dar con el tono perfecto. Porque tenía claro que la estridencia no era lo suyo. Como si fuera de Bilbao. Se es grande porque se es, sin más.

Segunda lección. Le gustaba la comunicación, la televisión y supo adaptarse a cada situación. Saboreó el éxito de programas de noche con la misma dignidad con la que afrontó participar en una teletienda, y darle su toque personal. Porque sabía sin duda que “trabajo con honra no es deshonra” (como dice mi cuñada). Como si fuera de Bilbao. Se trabaja porque hay que trabajar, sin más, pero con pasión.

Tercera lección. Le gustaba la comida y por eso visitó grandes restaurantes, entró en sus cocinas, habló con grandes chefs, y aprendió hasta el último momento, y la convirtió en pasión. Porque ya lo había advertido “moriría con las botas puestas”. Como si fuera de Bilbao. Porque ellos viven cómo quieren y mueren cómo pueden.

Como José María, vivo la vida con pasión. La música de Serrat me recuerda cada mañana que, como los de Bilbao, nací en Pamplona, pero soy del Mediterráneo. La comunicación es mi vida porque es la que me permite confirmar cada mediodía que vivo para vivirla y poder contarla. La comida también es importante porque me habla cada noche de cómo “quien come bien vive mejor”. Aunque cocinar no sea un Don que me haya sido dado.

Descansa en paz tocayo. Gracias por recordar que lo mejor siempre está por vivir y el final lo pone cada uno cantando, contando, cocinado, disfrutando y, sobre todo, amando.

http://rtve.es/v/3992306

Pd1. En el programa con mi colega de colegio de Lecároz, Carlos Oyarbide, quedó claro que que lo sencillo siempre es lo mejor; que una buena  y simple merluza a la romana con piquillos permite tocar el cielo. Vivir para comerlo y contarlo.

Pd2. Si tuviera un hija, me gustaría que un día escribiera como Piluca Iñigo cuan faltara.

http://www.abc.es/play/television/noticias/abci-carta-hija-jose-maria-inigo-tras-muerte-no-grave-201805071725_noticia.html

«Pero nunca quiso saber qué pasaba. Solo si el bicho, como él lo llamaba, era bueno o malo». Piluca Iñigo

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4 opiniones en “Vivir con la botas preparadas”

    1. Gracias a los que me leéis, a los que seguís luchando y a los que abandonan la lectura, sigo escribiendo buscando un día, incluso, publicar un libro. Me faltan las imágenes, pero todo se andará.
      Salud y saludos,

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