Gracias a mi compañero de colegio escribo el blog cada semana. El me dijo que escribirlo era complicado por la exposición personal y el riesgo profesional para una carrera.
A nivel personal, hasta diciembre 2018, me ha permitido compartir mi experiencia con aquellas mujeres, que como yo, han pasado por el trance de verse “amputadas” para sobrevivir. Lo he contado y he descubierto cómo los miedos son bastante generalizados, la búsqueda de segundos y terceros diagnósticos, el sufrimiento por la sensación de impotencia y el aburrimiento por lo largo de las batallas.
A nivel profesional, hasta diciembre 2018, me ha ayudado a plantearme el trabajo como una consecución de proyectos. Si hace unos años iniciaba cada trabajo con la idea de permanencia, ahora cada carpeta que abro conlleva el propio fin, y el mio. Pienso en largo, impulso la comunicación con visión de continuidad, mirada hacia el futuro lejano, pero basado en acciones cortas, operacionales, palpables y sentibles. De las que buscan tocar la piel.
Cuando cada mañana me miro antes de empezar la reunión de coordinación y observo el blanco del ojo me tranquilizo, si por el contrario está rojo sé que la noche ha sido de insomnio. Y tengo claro, si está blanco el día irá deprisa, como la vida misma.
Termina el año y daré por finalizado mi objetivo principal de adaptarme al nuevo tratamiento y a mi encomienda, aunque nada apunta sobre estar bien para el 31, mi ilusión de alejarme de efectos secundarios se ha quedado reducida a eso «ilusión». Pero a partir de enero estoy segura de que saldrá el sol. Porque no hay dos MJ, la misma que cae cada tarde en el sillón es la misma que corre cada mañana por la oficina buscando su sueño de comunicar buenas noticias por los mejores canales y malas noticias con canales cercanos.
Pd. Ayer otro amigo de colegio me escribió. Sufre un cáncer. Otro más que nos recuerda que a todos no puede tocar. Solo pude mandarle mi cariño, invitarle a no cejar en la pelea y recordarle que hay que pensar que cada mañana sale el sol. Aunque tengamos legañas.