Semana movida: visita a mis padres, cena entrega de los Top Employers, cuenta atrás con un proyecto, San Valentín (solo comercial) y el Día del Cáncer Infantil. Hoy al ver la campaña de Día, enfermedad de la que se diagnostican más de 1.100 nuevos casos en España cada año, me ha hecho en pensar en cómo viven los niños el post-tratamiento.
Aunque los datos de supervivencia parecen positivos, lo primero que he pensado es en la diferencia en la forma de afrontar la vida tras los tratamientos en esas edades frente a los adultos. Si los mayores volvemos al trabajo, la rutina y la familia, con mayor o menor dificultad, y también ellos. Tal vez, la inocencia les permita sobrellevar los tratamientos con alegría, como se muestra en algunos reportajes, pero mi duda está en cómo vuelven al colegio habiendo perdido clase o cursos, y comprobar cómo sus amigos crecen sin parar mientras disfrutan del deporte.
La infancia y la juventud tienen una gran ventaja: no viven para pensar, piensan para vivir. Tienen todo un mundo por conquistar vestidos de piratas o superhéroes y no pueden ni deben perder el tiempo en darle vueltas a si recaerán. Eso pienso yo, pero no tengo la certeza. Mi caso más cercano ha sobrevivido y solo piensa en jugar.
La fundación Juegaterapia ha lanzado una campaña preciosa bajo el lema “Te mereces un aplauso”, porque los niños que pelean se merecen un aplauso, porque sobrellevan la enfermedad y más que entenderla, se encargan de convivir con ella. Y eso para mi es muy grande. El miedo que los mayores tienen (tenemos) seguro que lo convierten en oportunidad para convertir cada experiencia en un aventura.