Pasó ya el Día Internacional del Cáncer. Durante semanas vi cómo el rosa iba apareciendo en solapas, anuncios en prensa, televisión y cómo influencers de diferentes índoles hablaban sobre la importancia del compromiso, el afecto y la comprensión. El mismo tiempo de espera de la temida revisión, con más sombras que luces, como siempre.
Trabajar y poder contribuir en la difusión de la prevención, información y colaboración en UST Global por segundo año me llevó a una tremenda reflexión y conclusión: soy paciente y cliente porque estoy viva. Y estoy viva porque tuve suerte. Y como tuve suerte tengo la obligación de sacar lo mejor de mí en el trabajo.
Tengo que decir que me duele enormemente cuando oigo palabras como guerrera, valiente o luchadora; y no, porque no lo sea, si no porque no tengo opción. El cáncer no preguntó antes de instalarse y el diagnóstico y tratamientos fueron acertados. Repito solo hago lo que toca hacer.
Ayer, el oncólogo miró con cierta compasión. Notó mi cansancio, falta de ganas de hablar y prisa por salir corriendo. Solo quería escuchar que todo va bien. El resto me sobra. Borrar no puedo. Escribir intento. Del futuro nadie sabe.
Solo me queda una opción: intentar sonreír aunque nadie logre quitarme el dolor del alma con herida de muerte.
Todo va bien.
Magnífico. Tengo un buen ejemplo de cómo afrontar las contrariedades y poner la media sonrisa. Feliz fin de semana.
Animo, María José . Todos estamos heridos de algo , en el cuerpo o, lo que es peor, en el alma, y muchas veces ni lo merecemos ni lo esperamos y el único modo de sobrevivirlo es afrontarlo como tú estas haciendo con tu cruz . Más que con heroísmo o valor con optimismo y ganas de vencerlo y de vivir. !Que bien sabe cada batalla que se sobrevive!
Animo y que el médico te siga diciendo que vamos bien
Un beso
En ello estamos. Siempre hay que seguir, sin cuartel.