Una de las satisfacciones de mi nueva vida profesional es ver el trabajo como proyectos pequeños que se desarrollan de forma ágil, que empiezan y terminan para empezar otro. Una mini acción fue Halloween. ¿Por qué nos sumamos a tradiciones ajenas y despreciamos las propias? ¿Por qué dejamos de ir a visitar a nuestros difuntos en los cementerios y mandamos a los niños por las casas? ¿Por qué nos da alergia hablar del Día de Difuntos y nos disfrazamos de forma macabra?
En el trabajo, preparar Halloween me trajo la inmensa satisfacción de encontrarme alguien que me recordó que mi tradición era otra. Pero también me ilusionó pensar cómo en la vida trabajamos para los demás. Nuestros compañeros en otros lados del mundo viven esta costumbre y la comparten. De ahí que llenáramos de pequeños carteles nuestra oficina.
Por la noche recordé la Noche de Muertos de Paztcuaro México, hace muchos años. Creo que nunca he pasado tanto frío ni disfrutado de tanto de un café con canela (que tan poco me gusta). Aquel día descubrí el amor compartido hacia los difuntos, pero también la comida, los altares, los cantos y las familias unidas.
Este año, con quien compartí aquella noche ha volado a México y se estará reencontrando con ese país al que tanto debemos. Vivo sola hoy este día que me recuerda que la vida debe ser vivida con intensidad y agradecimiento. Los muertos son nuestro pasado pero también nos recuerdan que un día les acompañaremos.
La muerte asusta porque también asusta la vida, el riesgo o la toma de decisiones. Yo tuve mucha suerte el día previo de Halloween de hace unos cuantos años cuando alguien me dijo que quería acompañarme hasta el cementerio. Ese alguien que hoy recorre México ayudando a los demás, me ha prometido celebrar nuestro día, me ha dicho que volverá, y siempre cumple su palabra.
Día de muertos si, pero Día para pensar en la vida eterna…
¡Qué bonito es expresar el amor así.! No solo hacia esa persona que está en México, sino también a los que estamos cerca de ti. Un beso enorme.
El estar rodeado de buena gente no siempre es un mérito, también es una suerte que nos es dada. Aunque la suerte también hay que buscarla. De cada persona que conozco busco su valor más oculto. En unas personas encuentro conocimiento, en otras sentido de la vida, compañía, sociabilidad, capacidad para la reflexión, prudencia, sensibilidad, humor…
Salud y saludos, nos vemos pronto,
Hola ¡
Pues aquí desde Méjico, Día de » muertitos».
Para mí demasiado ruído, algarabía. Este año hubo desfile en la tarde en la calle Reforma. La verdad me gusta más lo que tú recuerdas de la familia comiendo lo que le gustaba al muerto, pasar el día con él/ ella, recordarle,las flores…
Todo lo demás me parece antireligioso, como no darle la importancia verdadera a este día. Ya he visto que en España también se está metiendo este modo de festejar. Se pintan de calaveras, monstruos, da miedo …..
Mi nieta Ana lo pasa muy mal. Hay niños que después sueñan, pobres.
En fin , prefiero la tradición y dar gracias y pedir por esas personas, familia, amistades que ya están o muy pronto estarán cerca de Dios.
Rezar por ellas y acordarme de esos momentos pasados con ellos y que también nos ayuden desde el Cielo.
Con cariño, Ma José .
Gracias Olga, por compartir tu experiencia, vivencia y creencias.
Un abrazo,