Esta semana se ha celebrado el Congreso de Igualdad de Oportunidades en Barcelona. No pude asistir y escuchar ponencias sobre el camino hacia la paridad, las normas autonómicas, los planes de igualdad o el I+D. Participaban personalidades de los ministerios implicados, la presidenta de la Fundación Woman Forwar, Cristina Almeida, Dulcinea Meijide o Mada Castellanos. A algunas admiro sin reservas y con otras discrepo profundamente, pero a todas reconozco su compromiso y contribución a lucha por los derechos y oportunidades de la mujer.
Mi «compromiso» con la mujer comenzó el día en el que me eligieron delegada de clase en un colegio de mayoría masculina, continuó cuando fui la primera mujer en su consejo mayor. Mi forma de defender no ha sido desde una posición de beligerancia, controversia o militancia activa, ha sido desde el trabajo continuo en cualquier ámbito para demostrar que son pocos los espacios en los que el género sea importante para cualquier función.
¿Por qué escribo tanto sobre igualdad en un blog sobre cáncer?. Porque el cáncer me hizo dar un paso adelante en las batallas que otros evitaban, por su dureza y sobre todo por requerir de una buena dosis de sensibilidad social. Y porque el domingo, en el Día de la mujer, estaré en un momento y lugar donde quiero estar y con quien quiero estar.
Creo en el igualdad como compromiso, Creo en la igualdad como conquista, Creo en la igualdad como derecho, Creo en la igualdad como obligación. Creo en la igualdad como inclusión, Creo en la igualdad como en la dignidad, Creo en la igualdad como en la esperanza, Creo en la dignidad como en la importancia de la educación. Creo en la igualdad porque creo en la vida No me hables de igualdad si no estás dispuesta a actuar por ella antes que hablar de ella. Creo en la igualdad como en la vida Creo en la vida como en la igualdad