Dia: 08/04/2020
Santo: Miércoles Santo
Me tiemblan las piernas mientras me acerco al Arco de Santa María. Hemos quedado con nuestros amigos de toda la vida y con la Virgen María y su hijo Jesús. Un reencuentro anual acompañado de bandas de música, cofradías orgullosas de cargar sus pasos y luces que acompañan para no tropezar más de lo necesario. Es una noche mágica y fresca, como lo son todas en este día de Semana Santa.
Frente a la magnífica catedral, la vista es espectacular y en ella se entrecruzan varias historias: la del arte y la forma de vivir la religión, la del crecimiento de la ciudad y la vida en comunidad. Allí coincidimos siempre con amigos y conocidos que nos saludan con el muy castellano gesto de levantar la cabeza, como queriendo aunar pregunta y respuesta, para luego seguir su camino. No hay que perder el tiempo, que se pierde el sitio.
Por la derecha el hijo que camina firme, a buen paso, deseoso de encontrase con su madre en un momento tan trágico como esencial de su vida. A las puertas de pasión más grande jamás vivida. A la izquierda la madre, con andares de persona mayor, flanqueada por sus candelabros que siempre parecen a punto de romperse.
El estruendo llega cuando se juntan, dan vueltas y revueltas, cuando suena la música tan sacramental, con sus tempos diferentes en función de sus gestos de acercamiento y alejamiento. Todo en un ratito en el que se vive toda una eternidad, porque no hay tiempo mayor que el tiempo de la separación.
Hoy sería así, como lo fue el año pasado. Hoy será así porque podremos elegir acercarnos con el pensamiento, sin el frio habitual y con el corazón cálido a encontrar a esa madre y ese hijo. Estaremos más separados que otros años, pero tan juntos como siempre. Porque la vida nos juntó y dio la oportunidad de compartir fe, esperanza y caridad.
Si lo vivimos de otra manera, uizá con más calma, reflexión y humildad.
Cuando uno padece dolor de alguna manera se le hace más fácil sentir el dolor del otro, lo que el Hijos de Dios padeció y murió en la Cruz por cada uno de nosotros en singular .
Quizá ver al Papa tan sólo en el acontecimiento y vivencia de la Pasión y muerte de Cristo nos lleve a acompañarlo de mejor manera, con más Fe , más Amor y Esperanza en la Resurrección, sino fuera por ella “ vana sería nuestra Fe.
Os invito a celebrar esta Semana Santa muy unidos en el Calvario con familia y amigos, creyentes y no creyentes…….
Que se note un cambio en nuestras vidas para mejor .
Con mucho cariño …..Olga.
Gracias Olga,
Es verdad que para todos es una Semana Santa diferente. El confinamiento es un oportunidad para la reflexión serena y para ver cómo desde Roma se transmiten todos los eventos con la solemnidad de las fechas, la sencillez de una feligresía testimonial y una llamada a la humildad.