Al día siguiente de Fallas, los valencianos comienzan con el
trabajo del año siguiente. Me han dejado dos días de cuartelillo hasta volver al oncólogo para afrontar la nueva etapa. He tenido tiempo de descansar de las sesiones diarias de radio, pero mi cuerpo ha gritado sin cesar, mi cabeza a punto ha estado de explotar y mi gastritis crónica no ha dejado de gritar. El cuerpo tiene su lenguaje y a cada uno le habla en su idioma. Que me dejen tranquila porque necesito escucharme para poder hablar. No quiero que me digan casi nada, sólo quiero dormir.
En la sala de espera el reloj no corría tan rápido como quería, menos mal que todo el equipazo que me acompaña en esta aventura sideral que pasaba o se cruzaba, tenía una palabra de aliento, una sonrisa franca y una mano tendida. Les miraba y recordaba que me habían contado que estaban en esa unidad por decisión propia. Ole!
Nada fuera de lo previsible. El tratamiento había ido bien y ahora la nueva etapa suponía un tratamiento de médico de pastillas. Nada hace presagiar que sea duro. No hay apenas contra-indicaciones para mi cuerpo marchito y solo pequeñas alteraciones momentáneas supondrán algún sobresalto y sofoco. Bonitas palabras que me llegan en un día en el que por algún momento me caen como jarro de agua fría. Todavía no me he recuperado y me cuesta pensar. Porque aunque todos digan que lo pasado es un paseo militar me siento como a quien ha pasado un camión por encima.
No ayuda nada que el sábado y domingo mis compañeros de aulas celebren el centenario de nuestra asociación. Dos años pensando que llegaría este día, y no tengo fuerzas para afrontarlo. Ser agitadora en la distancia, animadora en redes, buscadora de excolegiales perdidos, llamadora a la marcha es una cosa, asistir cuando todavía la cicatriz no está cerrada del todo es otra.
El domingo será un día feliz para mí al pensar cómo he puesto un muy pequeño granito de arroz para una conmemoración especial del Centenario Colegio de Lecároz, donde estudiaron personajes tan diversos como el músico Padre Donostia, el Primer Lehendakari, Jorge Oteiza, Carlos Falcó (Marqués de Griñón), el mago-cocinero Martín Berasategui, el científico Pedro Miguel Echenique o mi amiga reina del calzado Isabel González (y otras tantas heroínas). Sin olvidar al Eurovisivo Micki ó al polifacético tertuliano y pintor Juan Adrianses…al que no he logrado atraer.
Pero sé que me embriagará la tristeza al verme todavía en fase de reconstrucción con fuerzas limitantes y limitadas, y con la necesidad permanente de descansar. Soñaré que habrá nuevos encuentros, que de nuevo compartiré mesa en Madrid con Pedro, Jorge, Javier, Pepe, Rafa, Juan, Josecho y Gabriel, y brindaremos siempre por el Buen Consejo.
Y en Bilbao el próximo año…Imanol, Iñaki, Eneka, Canu, Angel, Manolo, Julio Cesar, Puccini, Eduardo, Juanjo, Marcos, Pello, Carlos, Jaime, Alberto, Iñaki, Santiago, Isabel, Ixabel, Gloria, Elena, Juan, Cristina, Puri, Begoña…. fenómenos. Y más….
Y vamos a brindar por tí, por tu salud recuperada, por todo lo pasado que es tanto…, y por todo lo que nos espera. Que si Dios y la Madre del Buen Condejo nos dejan, va a ser mucho. Gracias por el esfuerzo. Aupa Lecaroz !!! Muxuek…
Mjo. Siempre has tenido una luz especial. Sabes que mi vida es el deporte ! Asi que uso frase fuerza al uso «Vas a darle una patada al cancer que lo vas a desintegrar». No se expresarme con tu capacidad ni belleza, pero que sepas , que por supuesto quiero ver mi colegio , mis amigos, mis profesores, mis memorias, e ir con mi familia….. En un dia unico. Pero que la principal razon para ir es honrar ,la ilusion y el cariño que le has puesto en ese» granito de arena» ( camion diria yo) . Y que desde luego manana me ocupo yo de que encontremos pronto, cuando tu puedas otro dia «unico». Besazos y manana nos hartaremos de hacer fotos y videos y de brindar por ti, y por el record mundial de lamzamiento de cancer al hiperespacio!!! Animo que tu si que eres una campeona de la vida ,
Y brindaremos contigo y por el Buen Consejo!!!
Ánimo María José. Pronto nos veremos en esa mesa compartiendo recuerdos, un buen vino y un pañuelico rojo.