El Camino de Santiago se puede hacer solo o acompañado. El camino del cáncer es mejor hacerlo de la mano de alguien. La diferencia es que en Santiago está el Santo esperando con tranquilidad que el peregrino llegue a descansar, orar y reencontrarse consigo mismo. En nuestro caso, el enfermo se adentra en un desierto que aunque parezca claro, no está exento de sombras e incertidumbres, y cuyo final siempre, aunque los médicos ya no mientan, es incierto. Podrá estar la salud renovada, un camino de aprendizaje, pero no sé yo si se recobra nunca la paz interior o se aprende a convivir aún más con el temor/riesgo.
Hoy retomo la frase «No te equivoques mujer: la fortaleza de un hombre no se ve en la fuerza de sus brazos, se ve en el amor con que te abraza». El acompañamiento en un proceso como éste de una mano amiga es tan importante como el optimismo. Que cuando empieza a llover en el paseo te cojan de la mano, que cada día suban tu marca como incentivo, que no flaqueen en acompañarte aunque quieras estar sola. Eso requiere mucho ser, saber estar, saber callar, saber controlar, saber ceder.
El enfermo puede vivir por y para lo que está padeciendo, pero su compañero es el verdadero sufridor. De la noche a la mañana puede empezar a acumular cargos: enfermero, cocinero, chófer, entrenador personal, lector, personal shopper, gestor patrimonial, gestor administrativo, todo sin sueldo. La diferencia radica en cómo se vive, se afronta y se comunica. Hay quien vive todo de puertas adentro y hay quien lo vive compartiendo. El problema suele ser siempre el mismo: nada va tan rápido para contar novedades en poco tiempo y a bastantes personas. Por eso se convierte también en recadista y vocero.
Me aburro, muy a menudo, de contar cómo estoy, porque no hay evolución aparente, y sí todavía bastantes malos días, horas y minutos. El pitido permanente que se me ha generado no es sino el hastío de escucharme contando miserias.
Aunque no me lo diga, sé que también él está muy preocupado y que le gustaría tener la receta ideal. Pero ésa ni Berasategui la tiene, aunque estudiara en Lecároz.
Tras compartir este camino de dolor me gustaría también recorrer el Camino de Santiago juntos, con nuestras botas de Calzados Virgilio, nuestros corazones felices, muchas batallas ganadas, todo un futuro por delante y un Santo esperando.
Yo hice el Camino justo un año después de mi forzada ITV y, con pisada firme, dejé mis nuevas huellas en él, saboreando cada paso que di con mi compañera de fatigas (y de más alegrías). Redescubrir a la gente que tienes tan cerca es una de las inesperadas y positivas experiencias que te trae la adversidad. Sin duda, son el mejor bastón para «el camino».
Sólo me queda esperar a leer tu crónica: cuanto antes, mejor. Mientras tanto, echa en la mochila mis mejores deseos.
Además de soñar, cada día me calzo unas zapatillas de color chillón para prepararme.
Sigo el grito de CIERRA que ordenaba cerrar el cuadro de las formaciones buscando acometer al enemigo, acortar distancias con él y trabar combate. En ello estamos hasta completar SANTIAGO.
Ese camiño…..yo os acompaño. Nada como curar el alma. Alguna vez uno puede controlarlo porque se ha descontrolado, y absorbe lo bueno y lo menos bueno. Uno tiene que llevar siempre la mochila puesta, sin pedirlo.
En el Camino hay que hacer la ley del hielo y así se ubica y pasa a e ser peso pluma, como niño , al que es nuestra obligación facilítarle los básicos alimentos, vestido calidad y cobijo! Descanso.Este filtro,es algo que aligera mucho el peso específico del portador.
También acuérdate que llevas un batallón de compañeros. Almas compañeras que no ves, que te cuidan y siempre van a tu lado, ese depósito de intelectualidad, conversaciones, egos, cariños y dependencias.
Todo en nuestra vida pesa mucho y poco, pero pesa! y el peregrino va dejándolo por el Camino, como si fuera buceando en ese mundo hacia el alma, a la que no puedes llamar de usted; seguimos y en este ensimismamiento vuelven ruidos, colores, olores y de vez en cuando agua y tentempié. Y Dios tan maravilloso se hace patente en tanta belleza, sinfonías ordenadas, sonidos se componen, la melodía de la naturaleza.
Y de repente, yo que también voy contigo,te acuerdas…..
Jajajaaaa, estos mortales! Los que te quieren y como decía nuestra SantaTe…viven sin vivir en mi! …(acomodo su significado al texto) es que de dejar la levedad del ser por el camino, entra uno en ese ser bueno y poco sofisticado con el que empezamos a vagar por el barro, somos barro y solo Galicia tierra mojada, tierra que filtra. Y como otro filtro mas te das cuenta de que aún no quieres dejar del todo el mundo mundial. Tranquila.
Tienes un testigo muy místico que surge en su momento de introspección, su discreción se mete sin prisas y llega con paciencia a esa incertidumbre, a la que impacientemente quieres encontrar desde el primer día. El Alma! que descanso poder sentarme cara a cara y decirle: «aquí me tienes, ya fui dejando todo lo que pude o supe para llegar a tim porque no estás más en primer plano y me cuesta tanto descubrirte?» Vayas con quien vayas este CAMINO es verdaderamente interesante. Aún habiéndolo hecho en una ocasión, creo que es una experiencia particular. Si llamamos Fe a lo que nos leva a Él pues tenemos mucho ganado…
Yo que tú no llevaba la brújula, ni mochila, un piola, esas botas de Calzados Virgilio…..cuánto pesan por cierto? Lleva también una botella pequeña de agua, un buen pañuelo al cuello, curitas «segunda piel /compit».Todo se puede solucionar en los pueblos que pasaremos y que nos recuerdan que llega a nuestro Destino es necesario pasar por este mundanal! Digo yo esos que además de llegar de tan lejos llevan esos pesos pesados a la espalda como terminaran el camino y cuantisimo purgaran por mi con mi morral lleno de «pecatas» dejándolos en el camino y aligerando el peso. Ya solo me espera la esperanza de negociar con mi parte más noble el encuentro con El Apostol! Digo yo:este noble viaje no será un ejercicio para cuando nos toque Camino más altos!?….esta escuela llamada tierra y todas sus ocurrencias son un Filtro. Durante toda nuestra vida hacia algo mucho más esperanzador y satisfactorio …no lo dudo.
Yo te acompaño Larriu: si voy con MariaJoseJesus ….no puedo más que acompañaros. Espera que nazcan los que cayeron en suerte de visitar este mundo y mi familia y el 2017 estará algo más tranquila. Qué te parece un septiembre?
No te rías, pero te confieso: «yo con los cien kilómetros mínimo, ya entró en Trance». Así que ya sabes que vamos hacia este Camino. Ensayemos juntas amiga!
Sin duda un larga misiva de reflexión, comentario e invitación al camino. Ciertamente lo haremos, en buena compañía seguro, con buenas botas, buena compañía y el espíritu pletórico. Mejor será esperar 2017 cuando la radio haya diluido sus rastros, la hormonoterapia sea ya simple compañera de viaje, y haya entrenado cada día al menos 15.000 pasos. Que pronto nos veamos y caminemos juntas.