Siempre estás trabajando. También cuando te dicen que tienes un cáncer y que tienes que cambiar tu vida. La cuestión en ese momento es cómo vas a actuar: con papel protagonista o secundario. Aunque cabe que optes por no llevarlo y abandonarte. Da igual la decisión que tomes, las circunstancias cambian y tú también, lo quieras o no. Así lo vemos en “Doctor en la campiña”, película francesa que narra la forma de sobrellevarlo de un médico rural, con mucha parroquia que atender, pocos medios y gran vocación.
El caso es que, una vez dicho que sufre de cáncer y que deberá cuidarse y dejar de trabajar, nuestro protagonista rechaza seguir el consejo y continua con sus quehaceres médicos como si no pasara nada, siguiendo alguna recomendación de forma personalizada. Puede ocurrirle a cualquiera cuando, sin esperarlo, se da cuenta que algo ha cambiado y es para siempre.
La cinta en sí puede parecer tópica, salvo por el protagonista encumbrado como “Intocable”, y por sorprender por poca música francesa y alejado de la ironía propia del cine galo. Lo importante no es cómo nunca nos viene bien que nos den malas noticias, sino que muy a menudo priorizamos el trabajo hasta que no nos queda más remedio. Hasta para alguien que cada día convive con la muerte le cuesta asumir que debe aparcar su “oficio”. Y no siempre es porque no crea que el motivo no sea importante, puede deberse también a vocación, obligación, hábito o temor.
Aunque hoy en día muchos cánceres tienen un porcentaje muy alto de curación, una vez que uno sabe que lo padece, ha muerto un poquito. La
azada ha pasado cerca, te ha rozado, pero la luz ha vuelto. Y eso es lo importante, mirar a los ojos al problema, afrontarlo, ponerse manos a la obra, y sonriendo pelear cada día para hacerle huir. Con seriedad pero con humor y cierto toque de alegría, porque si no, difícilmente aguantaremos las perrerías que se empeñan en hacernos físicos, médicos, enfermeros….
No todos tienen la suerte del médico rural de trabajar en lo que les gusta, de vivir para trabajar porque trabajar es su vida. Lo que sí es habitual que mucho más de la mitad de nuestra vida la pasemos buscando Pokemon (el juego de moda desde hace unas semanas), creyendo que hacemos lo correcto, que seguimos una ruta trazada hacia el éxito profesional, convencidos de hacer lo que nos toca hacer. Por eso compaginar tratamientos con su labor resulta más fácil, sólo se confiesa con el campo abrazador y una médico tan respetuosa como colaboradora silenciosa-complice.
La vida es mucho más simple de lo que nos parece. Por tópico que resulte, si no tienes salud no tienes nada. El día que sientes en tu cuerpo un ser extraño que puede crecer y multiplicarse te das cuenta que eres poca cosa y que todo es efímero. De qué sirve el ascenso que te prometieron y llegó, o el que no llegó, si no puedes disfrutarlo o sufrirlo. Y de repente te ves mirando atrás y pensando:
– El motivo por el que estudiaste lo que estudiaste. En los sueños juveniles y a veces infantiles se alojan muchos los grandes profesionales.
– La trayectoria profesional que seguiste, desde el sueño, el primer trabajo, la decisión del cambio, la obligación de evolución y, finalmente, la situación en la que te encuentras cuando tienes que parar.
– La posibilidad y voluntad tienes de aparcar todo para centrarte en recuperar tu cuerpo y tu alma. Aquí está la principal cuestión, en cómo te cambia la visión de quien eres, a donde puedes ir y cómo quieres llegar.
El médico opta por llevarlo de una forma sencilla, como si nada sucediera, afrontando los pasos y terapias que considera oportuno, pero con la convicción férrea de que nada cambia. Su padecimiento es como una gripe. Y él, sea por ser médico, hombre o tener un cuerpo fuerte, lo sobrelleva, en general, de una forma magistral. No todos lo soportan igual y no todos reaccionan igual.
Puedes, si tu cuerpo lo permite, hacer una vida “normal”. Pero el shock producido tiene, en muchos casos, un efecto bloqueante. De repente puedes ver cómo te flaquea la memoria reciente, la capacidad matemática, la capacidad de concentración, la vista se vuelve borrosa, la fuerza que te caracteriza huye, el cansancio inunda tu cuerpor como si hubieras corrido la maratón Rio 2016, y te das cuenta que todo ha entrado en revolución. Y tan descontrolado estás que poco puedes hacer, salvo empezar a crecer como un niño pasito a pasito.
Y la frase “no hay enfermedad si no enfermos” cobra todo el sentido. Radioterapia, quimioterapia, hormonoterapia, actúan de diferente forma aunque su objetivo sea siempre el mismo. Por eso es mejor sólo escuchar, no juzgar para no caer en el error. Hay quien llega a la radio tras una quimio y le parece un paseo militar. Hay quien solo sobrelleva la radio como muerto andante y llega a casa cada día como si hubiera sido aplastado por una apisonadora. Hay quien solo vive una operación por propia decisión… estos son los menos pero los más difícilmente comprensibles. Y todos, todos, sólo ellos saben que esta lección la ganan ellos pero necesitan de una mano cercano.
“Ganarás el pan con el sudor de tu frente” dice la Biblia. Y añoras tener que sudar cada día porque significa que tu salud te acompaña. Y llegan los domingos tarde y te das cuenta que sigues preparando todo para empezar de nuevo la semana laboral. Intentas al menos rediseñar un proyecto que pergeñabas, reflexionar sobre el trabajo que estabas realizando cuando tuviste que parar y te das cuenta que eres incapaz de mantener la atención media hora, ni por cabeza que duele, ni por vista que se emborrona, ni por oído que pita, ni por olfato que no «trufea» un nuevo proyecto que presentar, ni por cuerpo que se cansa, porque como bien sabes, estás para cuidarte. Pero todo pasa, un día vuelves a la campiña, ves los prados verdes, hueles la hierba, saboreas el buen vino y tocas el cielo.
Asi es morimos cada dia un poquito e ir toreando mientras no te pilla el toro ….compensemos. Esos sinsabores con la ultima parte del articulo y todas las aguas amainan…
Un beso y a por todo. Es lo que hay. Valoremos con el favor del Preciso esta calidad de vida que buscamos con la salud… merece el esfuerzo.
Cuanta razón tienes en lo que dices. En tu caso una gran luchadora que está intentando sobreponerse a pasos agigantados. Que suerte tenemos de tenerte a nuestro lado. Ánimo que tu puedes
Si hay que elegir el papel de la Película, siempre protagonista principal y como actuar: intentar hacer el papel de tu vida… Sin que afecte a la traza, que siempre has soñado y diseñado para tu vida.
Con respecto al trabajo, puede servir de terapia. Pero como decia un fisio que tuve, hasta limite dolor.
Muchos cánceres, se curarán… Garbancito ya desapareció y se afronta con seriedad humorística.
Sino tienes salud, no tienes nada? Entonces, conservala. Preciado regalo, que algunos tienen mas de una vez.
Mirar atras… Para coger impulso. Tópico, no… Realidad. La vida son pequeños retos diarios a conseguir. Desde los buenos dias, hasta las buenas noches.
No cambies la vision de quien eres y sobre todo, donde quieres llegar. A pequeños sorbitos.
Shock=Des-Shock (Desbloqueo). La memoria a corto, ya es por temas de edad, excusas, ja, ja, ja…
Los Domingos, suelen ser regu para dormir y sí, organizar la semana laboral. Que mejor que un Lunes, para tener cinco estupendos días, para currar.
Ummmm, ese maravilloso olor a campiña, como los estupendos campos de Lavanda, que en estos momentos, vienen a mi memoria.
Que bueno recordar gratos recuerdos y esperar con gran «im»-paciencia los que tienen que venir.
Ciao y disculpa los errores ortográficos, no he pasado el corrector de word.