Marisa: genes de supervivencia

FullSizeRenderHace ya un año que mi tía Marisa se fue. Años atrás también pasó por un cáncer de mama como lo estoy pasando ahora yo pero, como con todo, lo hizo con suavidad y silencio. ¿O fui yo por qué vivía lejos quien no se percató de aquella experiencia? No no, fue porque ella era suave, ágil y sutil. Creo que evitó mostrar sus peores momentos de sufrimiento al mismo tiempo que compartía esta experiencia sólo cuando se encontraba . Siempre tuvo una palabra amable y un mensaje de sosiego, y la broma de su retomado pelo cano.

En abril me dijeron que hoy en día casi nadie se va por un cáncer.  Y yo no lo iba a hacer. Tía Marisa superó aquello y todo lo que vino después con la misma sonrisa franca y un pañuelo en la mano. En los últimos años tuvo algún pequeño o gran susto, sus pulmones se quejaron…, pero un día dieron con la medicación y sobrevivió como flor en primavera. Estaba tan bella en la Semana Santa de 2015… Su último verano lo llenó de brillo: salidas en familia, cines, desayunos de cuñados, cenas compartidas, ropas de colores y la playa que tanto le gustaba. Un martes ingresó con una especie de catarro y el domingo volvió a Elizondo ya sin vida.Pero no fue el cáncer, fue la vida que se la llevó.

Dentro de su habitual prudencia contó poco acerca de cómo apareció su Garbancito, de hecho no sé si le puso nombre o murió innombrado. Y ahora pienso lo bueno que es para estos casos conocer la genética. Conste que siempre digo que no hay que rascar en los antecesores, que casi siempre uno encuentra lo que no se espera.

Sólo escribo este post para que quien lo lea piense que en primer lugar, SE SOBREVIVE AL CANCER en la mayoría de los casos, si se coge a tiempo y se trata bien y, en segundo lugar, ES IMPORTANTE CONOCER LA GENÉTICA Y ANTECEDENTES para responder y facilitar el diagnóstico.

Y no puedo terminar sin animaros a escuchar música. De los casos que me han impresionado más en esta aventura, ambas han superado muy bien los potros de tortura escuchando y cantando. La tía ya no está, pero mi pequeña amiga Gloria me recuerda cada poco que no hay nada mejor que cantar y musiquear. Aunque ella, para consolarme, me dice que le gustaría escribir. ¡¡¡Nunca nos conformamos!!!… Yo, me quedo con sus voces.

PD. Perdón a mis discretas tías por este post… ellas huyeron siempre de la visibilidad.

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4 opiniones en “Marisa: genes de supervivencia”

  1. Prima, qué bonito !!!! La tía Marisa era algo muy muy especial para todos nosotros y lo seguirá siendo porque nunca nos olvidaremos de ella. Un besico muy fuerte y que sigas viento en popa. A ver si nos vemos pronto

  2. Mis recuerdos de Navidad son los Larriu cantando al otro lado de la pared, y la voz más enternecedora que he escuchado nunca la de tu tía Marisa, bien dices ejemplo de sosiego y discreción…

    1. Doy fe que intentaba que fuéramos moderados y no molestasemos a los demás. Menos mal que compensaba con algún solo delicioso, algún dueto inolvidable y un acompañamiento de guitarra impagable.

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