Cuando empecé a escribir este blog en abril de 2015, no sabía qué me depararía Garbancito en los tratamientos, la vida, la familia, los amigos y el trabajo. No podía imaginar que en este camino de sufrimiento e incertidumbre iba a descubrir gente tan valiosa y valiente como la que he tenido oportunidad de rozar.
El sábado supe que, como dicen los valencianos, “nos ha faltado” Teresa Asenjo. Solo nos conocíamos de leernos la una a la otra, de compartir tantos momentos críticos, divertidos, esperanzadores y duros. Caí en su blog cuando, por eso que llaman deformación profesional, empecé a investigar lo que había de esta temática. Enseguida me llamó la atención su perspectiva fresca, su pluma sencilla y fácil, y su mirada limpia.
En sus textos encontraba las ganas de vivir que me alimentaban, de compartir el camino con la gente querida (marido e hija), capacidad para disfrutar de la vida, sonrisa permanente que carga de energía a quienes rodea. Frente a otros blogs que había leído, Teresa no transmitía su sufrimiento sino sus ganas de vivir.
Hubo un momento en que noté que algo pasaba, que la batalla parecía perdía, porque le faltaban fuerzas para mover el bastón de la vida. Sin embargo, mantuvo la sonrisa alegre que siempre me transmitía “hay que seguir aunque duela”
El sábado, al enterarme comencé a llorar sin consuelo. Quien conmigo iba me miraba sin poder articular palabra ni comprender que lloraba por las dos. Se había ido y yo seguía. Habíamos hablado hacía un tiempo al hilo del cáncer de una famosa, y pensábamos de forma distinta, pero compartíamos lo importante, la voluntad de sonreír, aunque doliera. En julio, un día cansado, me despidió con «Un beso muy fuerte. ¡Y a seguir el día a día!”. Y así lo haré.
Teresa viajó mucho por su profesión. Quizá por eso siempre contaba su experiencia como si de unas vacaciones tormentosas se trataran. Su enfermedad también fue un viaje, con un final diferente al que habríamos soñado. Descansa en paz Teresa y guárdame un sitio junto a ti.
Qué despedida tan bonita y tan emotiva.
Teresa, Gloria, Miriam, Jaime, Marisa, Angelines, Clarita, Inês, Pepe, Mario, me han enseñado mucho sobre cómo afrontar esta batalla. Soy afortunada porque he llegado hasta aquí y puedo pelear. Mi cuerpo, lo sé, es un caldo de cultivo por su debilidad, pero trabajo para que la mente no me deje flaquear.
Adios Teresa te encontrare a faltar casi cada dia entraba en tu blog esperando encontrar buenas noticias
Hasta que encontre la que nunca quise encontrar.hasta siempre Teresa .
Sin conocer a Teresa, has hecho que me brote alguna lagrima,digo alguna, ya que ya no lloro como antes, mientras el alma se hace mas fuerte, el cuerpo se hace mas debil..
Me duele el hecho de que te duela y de que te sientas mal.
En vaya camino de fango nos hemos encontrado, sin comerlo no beberlo.
Fuerza Mirentxu.
Bss
Quisiera haber conocido a mucha de la gente que he conocido este tiempo, en otras circunstancias, pero no ha sido así. Sin embargo doy gracias por haber tenido la oportunidad de conocer y aprender de la sonrisa de Teresas, del amor de padre y la fotografía de tí, y de la capacidad de resistencia de Fran. Siento haberte sacado una lagrima siempre prefiero la sonrisa, jaja.
Salud y saludos, y un fuerte abrazo,