Agosto sin sol abrasador

Presentacion Terraza1Cuando me recomendaron que durante un año evitara el sol, me cayó como un jarro de agua. Me gusta tomar el sol, pasear por la playa, mirar el mar, sentir la arena en los pies. Pero pronto me di cuenta que sólo era una precaución y, como en todo, un parón en la vida ordinaria. Hoy veo cómo muchos de mis amigos, compañeros y vecinos preparan sus maletas y se van de vacaciones. También ahora me toca sacar lo positivo: para no estar bien, donde mejor en casa.

Si hoy tuviera que afrontar las obras en mi casa no podría. Todavía recuerdo el flamenco que mi querido Eusebio, hábil desescombrador, me cantaba por las mañanas de aquel verano. Ahora disfruto de mis pequeñas dolencias y malestares y doy gracias por haber optado en aquel agosto por un abrir y cerrar capítulo. Son muchas las horas que por el calor y la salud paso en casa, así que mejor tenerla confortable.

Una casa no es un hogar, pero casi siempre un hogar es una casa. Son diferentes los requisitos para cada uno. Como en todo hay para todos los gustos:
– A los que les gusta cocinar sueñan con una gran cocina, con mucho armario, una “isla” y una gran mesa.
– A los adictos a la TV les fascinan los salones grandes con amplias pantallas de televisión donde ver fútbol, películas y hasta los reportajes de la 2.
– A los dormilones no les puede faltar el dormitorio amplio con tamaño de cama según su propia altura y muy probablemente edredón de plumas.
– Los soñadores de áticos son aquellos que siempre piensan que su casa es pequeña para sus necesidades y que vivir en último piso, aunque sea con posible frio en invierno y calor en verano, es lo máximo.
– Los adictos al trabajo esperan tener un pequeño espacio para trabajar, si es despachito aunque sea minúsculo, mejor. Se puede prescindir hasta de la luz.
– Los hartos de ciudad sueñan con el adosado donde poder disponer de jardín y barbacoa. Esperan invitar cada domingo a sus amigos para organizar grandes fiestas.

Todos sueñan, soñamos, sean del tipo que sean, con estar confortables, y eso es un concepto subjetivo. Porque para unos la casa abarrotada es signo de confort y para otros la simplicidad es lo que les otorga sosiego. En ninguno caso veo que renuncien a la luz y al calor de hogar. El color que el sol da a las casas permite sonreír a la vida, afrontar cada mañana con ímpetu y soñar con la felicidad. La temperatura por el contrario es la portadora de relajación hogareña, acompañante de noche en un lugar acogedor y el equilibrio del humor.

Este verano la luz de mi casa me recuerda que toca salir a pasear para recobrar fuerzas y que el aire acondicionado, aunque no me guste, es compañero de sueño sosegado. Garbancito ya no está en mi cuerpo, pero la travesía para recuperar la salud tras un cáncer de pecho requiere, o aconseja, calor de hogar.

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Un comentario en “Agosto sin sol abrasador”

  1. Mucho ánimo! Septiembre y Ocurbre son los mejores para disfrutar de la arena, el sol y el mar mediterráneo. Te esperaremos para tomar un tallat!

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