Pasamos tanto tiempo haciendo lo que debemos, en el trabajo, con la familia, en el cuidado de nuestra salud, que a menudo olvidamos lo que queremos. O quizá olvidamos lo que nos gusta. De esa forma, nuestra lista de pendientes obligados apuntados minuciosamente en nuestro agenda disminuye, mientras la de deseos sigue creciendo a la espera de ser tenidos en cuenta.
Cuando un día, casi con sensación de culpabilidad, logras encontrarte con esos amigos a los que nunca ves, a los que has inundado con excusas de mal-pagador, para no reconocer que lo que te faltan son fuerzas, entonces te das cuenta que los amigos son una gran medicina.
Rodearse de buena gente, de compañeros de fatigas, conversación y vida, es una de las claves para ser feliz, así como ser agradecido. No es mía la reflexión sobre esa cualidad poco frecuente del agradecimiento. Las personas agradecidas tienen una primera característica que es la sonrisa. Y como titulaba la revista Digest “la sonrisa remedio infalible». Llevo tiempo intentando convencer a una amiga de lo importante de estar satisfecha/agradecida, de valorar lo que se tiene y de no perder tiempo en lo que no aporta. De momento no he logrado mucho: pero insisto.
Mantener conversaciones interesantes en espacios apacibles es otra de las claves. La ubicación en sí, cuando te rodeas de quien quieres, no parece tan importante, pero aporta la atmosfera necesaria para la inspiración que lleva a la ironía, la reflexión, la relajación y la capacidad de compartir con verdad. Ademas, es importante dedicar el tiempo necesario, no llevar reloj o no mirarlo, abandonar la presión del móvil, olvidar que siempre hay un mañana, y relajarse.
El verano ofrece para muchos oportunidades para recobrar el tiempo perdido, falaz expresión porque no es recuperable, solo es subsanable. Así que las terrazas abiertas, los restaurantes menos llenos que en meses precedentes o las casas con bebidas bien refrigeradas, nos llevan a disfrutar de lo mejor: los amigos.
Pd. Gracias a algunos de los que siempre están y a menudo no veo:
-Enrique Sueiro por escuchar,
-Josecho Vizcay por emocionar,
– Pepe y Elena, Ricardo y Loli, por ser siempre un referente,
– Ricardo por aguantar y Oscar por sonreír sin parar.
Tan aguda coml siempre!
Mucha razón. Con sentimiento de culpabilidad, pero es una de las metas este año, empezar a hacer lo q quiero, no solo lo que se espera que hagamos
Sí, María José.
Qué razón tienes!
Agradecer a la vida esos momentos y los buenos amigos, y además aprender a disfrutar de ambos, parece ser nuestra asignatura pendiente en la vida.
Gracias, gracias, gracias x recordárnoslo.
Gracias a todos los que nos enseñan con el ejemplo, que es la mejor y única forma de enseñar.
Salud y saludos
Pues chica a mi siempre me llama la atencion tu sonrisa que no se te cae de la cara. Y eso sí que es de agradecer. Se ve que tienes claro lo importante y así lo transmites a los amigos que tenemos la suerte de conocerte. Buen verano desde Asturias y gracias por hacernos pensar y agradecer. Besos
La sonrisa es la mejor terapia y el refugio de los melancólicos jeje
Salud y saludos desde Nápoles
Que razón tienes, los amigos son la mejor terapia para resolver nuestras dudas y temores. No concibo la vida sin mis amigos
Tener amigos es cuidarlos, y eso tú sabes mucho. En donde cursaste el MASTER? De los de verdad: de horas de dedicación?
Querida María José:
Por propia experiencia, la sonrisa, la positividad y transmitir esto a los demás, es tan importante… que se consiguen resultados inimaginables.
Sigue así.
Con todo cariño:
Elena Zulueta De Madariaga
Escuela de Hostelería de Galicia y Vigo: HARINA BLANCA
http://www.harinablanca.com
Gracias Elena, en efecto, salud y saludos
Totalmente de acuerdo en lo que argumentas. Los amigos son necesarios para ser feliz, como feliz somos cuando te vemos en esos pequeños comités curinarios, siempre sonriente y con un corazón muy muy grande. Un beso
Para cuando el próximo ?? 😉
Digamos que en cuanto vuelva a la realidad!