La semana pasada se celebró el Día Mundial contra el Cáncer de Mama. Y todo se llenó de rosa. La mañana del viernes las redes se inundaron con mensajes de aliento, concienciación y solidaridad. En mi empresa comprobé cómo toca a muchos en primera persona, en gente cercana o por simple sensibilidad.
Me pongo el lazo rosa aunque de pequeña no me gustaban ni los lazos ni el rosa. El Día Mundial contra el cáncer de mamá merece eso y mucho más. Hace años vi la cara de mi tía pelear contra el tumor y lo hizo con una sonrisa. Desde entonces fui consciente de que la sonrisa no arregla cualquier dolor, pero lo hace más llevadero.Continuar leyendo «19 octubre, todos contra el cáncer de mama»
Eran ferias en Elizondo. Ambas habíamos ido a celebrarlo en familia y nos encontramos en la calle. Peleábamos contra el cáncer de mama, cada una a su manera. Miriam era bastante más joven, bastante más guapa, una comunicadora nata y gran amiga de sus amigos. Yo por el contrario, aunaba un cansancio de años, un cuerpo que reaccionaba mal a los tratamiento y unas migrañas permanentes, solo quería trabajar y tirar hacia adelante.
Leía su blog ( http://vivetucancer.com) con la admiración de quien está enamorada de la comunicación y con el pudor que me producía su valor para desnudar su vida, su alma ante desconocidos, por escrito o en forma de video. Al final, sus desgarradores relatos terminaban dejándome destrozada, porque yo sentía que iba bien y Miriam estaba comida. Como buena baztanesa, kuskuxeaba su blog queriendo descubrir el secreto de su vida: su alegría infinita y su fuerza imperturbable. ¿sería el agua de Saskaitz, el chocolate de Malkorra, la txistorra de Ciaurriz o los filetes de Esarte? No lo sé.
Nacimos en el mismo pueblo, ambas estudiamos la misma carrera, la vida nos trajo con parejas de fuera de Navarra a Madrid, en la comunicación empresarial encontramos refugio y trabajo, hasta que, a ambas, el cáncer nos tocó con su vara. Marián no dejó un día de luchar por ella y por las demás, amó con pasión a la familia y nunca dejó de agradecer el acompañamiento, aun cuando fue necesitando cada vez más ratos de intimidad.
Hoy, víspera del Día del Cáncer de Mama, Miriam ya no está, no podrá mandar sus mensajes de sosiego, sus corazones de colores, no mostrará sus pendientes y gafas extraordinarios, porque su cuerpo ha dicho basta. Y aunque llevaba tiempo diciéndonos que esto se acababa, en cada mensaje dejaba un atisbo de esperanza.
Llevaré tu lazo y el mío, contaré en mi empresa que solo se vive una vez y cantaré por tus hijas, por tu marido, por tu hermana y por tus aitas.
La semana próxima se celebrará el Día Mundial del Cáncer de Mama y son muchas las llamadas que recibimos. Carreras, anuncios de lazos, avisos en las redes, todo para recordarnos que la batalla avanza a buen ritmo pero que queda mucho por hacer. Los médicos deben seguir diagnosticando, tratando y “curando”. Los enfermos deben seguir los tratamientos, dejarse aconsejar por los expertos y no dejar de sonreír. Las familias no deben perder la esperanza, acompañar y también sonreír. Los amigos deben respetar la necesidad de distancia y la incapacidad para seguir determinados ritmos. Continuar leyendo «Saliendo de la zona de confort»
Todavía quejándote de la dura carga de trabajar y te quedas en paro. Esto me decía el otro día una amiga cuando recibió la noticia de su salida de una compañía importante y de un puesto destacado, al que había dedicado casi todo su tiempo los últimos años, a costa de amigos, familia y salud. Continuar leyendo «Pasar haciendo camino»
“La puntualidad es: deber de caballeros, cortesía de reyes, hábito de gente de valor y costumbre de personas bien educadas”. Puede parecer que olvidé esta máxima la semana pasada para el oncólogo, pero fue en realidad un despiste de los muchos que tengo -y más ahora-, o puede que una herramienta de autodefensa para posponer la consulta.
Sonrío cuando mi madre me habla de la nueva medicación que puede terminar con sus dolores de espalda. Y ahora me encuentro como ella. Hoy, por fin, el médico ha cambiado mi tratamiento y en cuanto termine la caja (hay que ser responsable) empezaré con el nuevo, soñando con no sufrir los efectos secundarios que machacan mis días y mis noches. Incluso, quizá, podré vivir una vida normal sin tener que mostrar buena cara. Continuar leyendo «Marcadores tumorales a raya (por ahora y por mucho)»
Claire es una matrona vocacional (Catherine Frot) que adora su trabajo y cuya vida cambia radicalmente cuando aparece quien fuera mujer de su padre, Beatrice. La madrastra, una mujer de vida libre que se ha dedicado a vivir sus sueños y a jugar, se encuentra ahora en fase terminal. Juntas compartirán el sufrimiento físico, las operaciones, el avance de la enfermedad y descubrirán que lo que antes les separaba ahora es solo un mal recuerdo. En su viaje les acompañará un amigo de Claire (Olivier Gourmet), un camionero despreocupado cuya máxima en la vida es disfrutar, tener tiempo para él, comer lo que le plazca y cultivar su huerto. Continuar leyendo «Película: Dos Mujeres, Deneuve en el ocaso»
Cuando empecé a escribir este blog en abril de 2015, no sabía qué me depararía Garbancito en los tratamientos, la vida, la familia, los amigos y el trabajo. No podía imaginar que en este camino de sufrimiento e incertidumbre iba a descubrir gente tan valiosa y valiente como la que he tenido oportunidad de rozar.
Cada curso, la vuelta suponía preparativos que impedían disfrutar de la fiesta de Valencia y el precioso mar que luce siempre en esos días. Éramos privilegiados y disfrutábamos del veraneo. Nada de vacaciones, semana, quincena, ni mes, nosotros hacíamos la temporada, con un padre que venía cuando podía. Ahora los retornos al trabajo son bien distintos.