Acostada en la cama de sus padres, en aquella habitación donde la humedad llegaba hasta el pelo, se revolvía contra sí misma y contra el mundo. No era el día más apropiado para estar con cuarenta grados de fiebre. Y sin embargo, seguía sonriendo ante la imagen de salir al día siguiente con sus amigas.
Entró su madre con celeridad, de nuevo a tomarle la temperatura, y vio cómo su cara era de pocos amigos, así que, obediente, ayudó a colocar el termómetro y pensó que le daba tiempo a dormir unos momentos. Y empezó a soñar con la música, comparsas y colores.
Desenfundaron una lanza y la madre miró el mercurio sin compasión. No cabía duda, no estaba para traspasar la puerta del cuarto y menos la de la casa que daba a la calle que bullía con la fiesta. De poco sirvieron los lamentos, seguiría esperando la bajada de temperatura.
Aparecieron con sus trajes coloristas, sus voces cantarinas y la ganas de baile. Daba igual, la suerte estaba echada. Como cada año, estaba enferma por Carnaval. Y lo peor era que el disfraz de Zíngara esperaba colgado. Bendita fiebre cuando tu batalla pasa a mayores.
Pd. La realidad de hoy 25 de febrero es otra. Unas nos recuperamos de Garbancito y el resto de Las mozas del Baztán, las más fiesteras, siguen bailando al son son…. siempre inigualables
Carnaval 2017 Elizondo Santera Bailando from María LARRIU on Vimeo.
Precioso post, María José! Animo, campeona, y gracias por inspirarnos
Ya sabes que me encanta como escribís, tenés un don. Beso grande
Escribir es un tónico del alma!
Gracias majica, que bien escribes,bonito bonito como siempre, tuvimos un dia primaveral, bien disfrutado todo y con muy buena compañía, ADELANTE CHICAAAAAS,muxuuuuuuuus