¿Celebras o cumples?

Meses de incertidumbre, dolor permanente, caída de pelo, hormigueo… ¿para qué recordar? Para agradecer este tiempo regalado en el que he podido arrinconar mi enfermedad, soñar con un nuevo proyecto profesional de envergadura y materializarlo como si no hubiera un mañana.

Todo de lo que hacemos en la vida que merece la pena, lo hacemos acompañados. Y en esta última etapa, yo he contado con grandes apoyos en mi camino. Uno de ellos eres tú, el hombre que sueña con sueña con soñar, que madruga para no esperar, que sonríe por no llorar, que cuenta chistes para agradar, que cocina para compartir y habla sin parar.

En este tiempo, compañero del metal, no has dejado de repetirme que mi enfermedad no te preocupaba y que tenía que tirar para adelante. Al principio no lo entendí y me hería como flecha en el corazón cada vez que lo escuchaba. Conforme fue pasando el tiempo, me duele pero no me mata, y me hace cada día más fuerte. Creo que era/es tu forma para animarme en mi lucha y de decirme qué de todo se sale aunque cueste.

Por estar ahí, abrirme camino, acompañarme y tantos días hacer cómo que no veías mis dolores, debo darte las gracias; por obligarme a no cejar y hacer que cada mañana, aunque fuera más tarde, empezara como nuevo día.

Ahora te toca a ti cuidarte. Y hoy, aunque no sea uno de enero, es un buen día para hacer o renovar buenos propósitos. Deseo que tengas una larga vida en la que compartas proyectos, ilusiones, música, buena comida y chistes, como sé que te llenan, y que tienes que recuperar. Porque, aunque no lo creas, tienes mucho que ofrecer y mucho aparcado en pro de algo que desconozco. Solo tienes que darte una oportunidad, dejando de vez en cuando el reloj en la mesilla y dedicándote a ti.

Posiblemente la vida separe nuestros caminos, con la misma sinrazón con la que nos reunió y llevó a compartir tantos momentos de lucha. Algo me dice que no nos sobra el tiempo, por eso, en este día, prefiero decirte yo, como en el familia Belier, “Je vole”, yo vuelo. Yo soy carga. Tu necesitas volar, como la hija artista de granjeros sordos que tiene que ir a Paris para demostrar, demostrarse, que su Don tiene futuro.

Hoy, como cualquier día, pero quizá por ser el último viernes del mes de las flores, es un buen día para que pares, te levantes más tarde, desayunes lo que más te guste, pasees por calles que cuentan historia, comas y cuando caiga la noche vuelvas a tu hogar pensando que nada mejor que tu sillón.

Si fuera tu cumpleaños te felicitaría, como solo es tu medio cumpleaños, te medio-felicito. Porque tu día, creo yo, es el 3 de octubre, día de quienes sueñan con compartir lo material y acompañarse siempre de las criaturas de la naturaleza. Muxuek orain eta beti.

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

Sígueme y da me gusta:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

error

Te gusto la entrada? Por favor, comparte :)