Dia del Padre, 19 de marzo

El Día del Padre coincide con San José, que da nombre a mi padre, a mi Santo y a las fallas de Valencia que tanto me gustan. Con el estado de las autonomías son muchos los que trabajaremos en este día y, por tanto, muchos los padres que no podrán celebrarlo por ser lectivo.

Aunque puedan parecer reclamos comerciales de grandes almacenes, recuerdo este día cómo la oportunidad de juntarnos los 11 Josés que éramos en la familia. Así que ésta y otras  conmemoraciones  señaladas, de tradición católica, costumbre social, día importando, día instaurado o invención descabellada pueden merecer una reflexión sonriente.

La figura de los padres se construye durante nuestra infancia y las imágenes que se guardan tienen mucho que ver con el trabajo.

– De pequeña tu padre se levantaba pronto para ir a trabajar y ser puntual. Disciplina.
– Se ocupaba de sus clientes con la sencillez y atención del tendero y la prestancia que daba el oficio de corbata. Cercanía.
– Guardaba tiempo, creo, para mantener una relación personalizada con sus empleados según carácter, competencias y habilidades y conocimientos. Empatía.

– Llegaba tarde siempre y justificaba que había que terminar el trabajo y hacerlo bien. Compromiso.

Ahora ponemos nombres llamativos para cambiar los valores o darles la vuelta: flexibilidad horaria, organización del tiempo, agilidad, resilencia, orientación al cliente externo e interno. Siendo serios, lo importante no cambia y todo pasa por lo mismo, la responsabilidad. Adornamos todo con términos en inglés y acentos tecnológicos, pero la esencia permanece.

Y durante toda mi enfermedad, mi padre, el Jefe con mayúsculas, me ha hablado sobre todo con el silencio. Me ha recordado que lo importante es la salud, que la tienda no es mía y que el sueño es la mejor medicina.

Gracias aita por inculcarme el valor del trabajo, del cumplimiento, de la lealtad, del sentido común y de lo bien hecho.

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