Santo: Santa Catalina de Siena.
Lo poco gusta y lo mucho cansa, pensaba cuando cogía mi ordenador. Estos días lo hago sobre todo para mi, me permite romper la nueva rutina en torno a los metros que tiene mi casa y disfrutar del silencio. Además, claro, de mi propósito de compartir unos minutos con quien tenga tiempo y ganas en estas semanas de descompás.
Siempre admiré a quienes te cuentan que escriben un diario. Esas personas metódicas que cada noche dejan constancia del transcurso de su vida. El tiempo ahora es diferente. Me levanto y no gasto tiempo para ir al trabajo. No paro para tomar un café con una tostada y al mediodía no espero el turno para comer ni esperar la cuenta.
Tanto ha cambiado todo que dedico tiempo a pensar en el, en cómo transcurre aparentemente más lento y cómo me gustaría que se acelerase para ver ese futuro incierto. Empiezo a escuchar con insistencia voces hartas de relojes que parecen parados. Pero no, las manecillas siguen a su ritmo y somos nosotros los que hemos cambiado nuestro corazón.
Si, son tiempos para pensar más profundo y llegar al porqué. Son tiempos diferentes, pero el tiempo es el mismo, o no?. Y si no es así, quien lo cambio, quien estaba equivocado? Son tiempos, de buscar y encontrar la verdad!