Noche de cardo, croquetas, asado y turrones cortados milimétricamente. El comedor de los abuelos al completo. Don Joaquin presidiendo la mesa y Rosita con su blusa blanca de lazo de anfitriona. Un primer recuerdo de infancia. Poco diferirá de las imágenes de retina guardadas por muchas.
En esta fecha mágica vuelvo a casa, la casa donde mis padres esperan a sus hijos, miran a sus nietos y alzan sus copas por nosotros. Podré revivir la tradición gracias al trabajo de quien toma el testigo. Y con la alegría del reencuentro me dormiré en la sobremesa como en mi niñez.
No podré escaparme a la Misa de Gallo como antaño, cuando salíamos con el frío de la noche, cantábamos durante la liturgia y regresábamos a casa porque era momento de familia. Pero miraré con satisfacción como mis sobrinos comparten esta ocasión y miran con satisfacción.
¡Poco original! … decía yo cuando llevaba coleta. ¿Para qué cambiar lo que funciona? … digo yo cuando sigue cayendo mi pelo y cuando de nuevo puedo comprobar que «el mejor pescado es la carne».
Feliz vuelta al hogar! Que lo disfrutes!
¡¡¡ Con lo que corrimos, para dejar de ser pequeños, y lo que añoramos el
volver ……!!!
Que razón tienes. Corrimos para hacernos mayores y, de repente, nos vemos recordando nuestros primeros recuerdos. Feliz Navidad.
Que recuerdos tan entrañables!!! Muy bueno lo de Rosita….
Noches entrañables y recuerdos entrañables. Un fuerte abrazo,