Mamá y su mayordomo

mayordomo aitetxiEstar en esta fase post-extirpación de Garbancito me ha descubierto varias cuestiones de mi cuerpo que desconocía:
– Puedes echar de menos a un intruso al que sin saber te habías acostumbrado. Garbancito, en los días que transcurrieron entre la primera mamografía y la extirpación, se había alojado cómodamente y quizá hasta pretendía lucir en verano (no, eso no, que es anti-estético y poco púdico).
Necesitas dormir sin tensión y para ello tienes que recurrir a técnicas de relajación y a la efectiva “contar ovejitas”. Al final olvidas las múltiples historias que vives cada noche y tu cabeza también lo hace con celeridad al amanecer.
Los desayunos, pese a ser la mejor comida del mundo, se ingieren sin hambre aunque con sed. La pesadez con la que te despiertas es la misma que te lleva a preparar el desayuno a velocidad de personal a doble turno.
El tiempo pasa muy rápido durante el luto por garbancito. La cicatriz, a pesar de todo, no va tan rápido. Los movimientos del brazo mejoran cada día y lo vas subiendo sin mayor dificultad, salvo el tirón, que no es nada para tantas mujeres que han pasado por la tradicional depilación a la cera caliente.
De nuevo la cabeza estalla entre dolor, presión y tensión. No explotará aunque a ratos lo parezca. Y me permito soñar, porque una sobrina que termina la carrera y una madre que te requiere tras una intervención son motivos de peso para intentar acompañarlas.  Afortunada que cuenta con un mayordomo-esposo de lujo que le ayuda, acompaña, asiste y escucha cuando puede y se pone el sonotone.. Al menos con el pensamiento. Siempre y cuando los efectos de la medicina de la migraña no desaparezcan y te dejen de nuevo tirada en la chaise longue. Droga dura parece. Y quizá lo sea. Hay que sacar fuerzas de flojera y ganas de desgana.

Pero suena el teléfono rojo. Es el consulta del doctor OPMCM, les ha llegado el resultado de la última prueba y pueden verme mañana. No, no parece España, me adelantan la consulta, a mí, a mí pobre mortal que ha terminado con todos los enemigos de sus dedos, que se ha cortado las uñas para que no le vean las manos, a mí que he tenido que recurrir a la pomada regeneradora de manos tras rascar mis brazos y piernas como si hubiera pasado por la selva amazónica. Soñar con estar bien en su día ayuda a estar bien ese día.

Mañana camiseta blanca y sin pestañear, como novia ansiosa, estaré en la sala de espera.

Sígueme y da me gusta:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

error

Te gusto la entrada? Por favor, comparte :)