Creo que fue la primera vez que me acerqué a la al cáncer en el cine, o al menos así lo recuerdo. En Elegir un amor (1991), Hilary O’Neil (Julia Roberts), joven algo desorientada, comienza a trabajar como cuidadora para un hombre joven que sufre un cáncer de sangre (Campbell Scott).
Compartirán a partir de entonces el tortuoso camino de la aceptación, de los tratamientos y de sus consecuencias.