Hace ya tres meses que Garbancito me fue extirpado. Ahora sí noto especialmente el vacio, el brazo que todavía tira, el hueco que molesta al moverse, la piel que parece a pesar de los esfuerzas pasada por el Sahara. Cumplo tres meses.
Ayer me corté de nuevo el pelo, para no ver cómo ha salido huyendo sin parar. La radio no suele afectar a la caída pero sí el estrés, y mi cabeza se había convertido en un bosque pelado. Pero Nacho y José que me conocen ayer se encargaron de mostrarme a golpe de peine que mi pseudo-melena crece aunque la cortes. No podía seguir viendo cada día como caían los mechones, a mis ojos en cantidades ingentes. Así que, como si fuera de Elizondo, cortar y tirar también para esto fue la solución. Continuar leyendo «Creces como crece tu pelo»