La mayoría hemos olvidado casi del todo escribir a mano (y no por los efectos secundarios del tratamiento). Pero hoy, el hematólogo al que toca evaluar de nuevo la huida de los leucocitos, me ha dejado fascinada: tenía impresos todos los análisis previos y había escrito ya en el historial un montón de palabras antes de entrar, además de alternar los colores de bolígrafo (rojo y negro). Puede parecer obsoleto, pero no, porque consulta el Vademecum en inglés y a través de su Iphone. Continuar leyendo «Viva la letra de médico»