Las salas de espera empezaron a vaciarse igual que los despachos y las amplias salas de trabajo en las empresas. Al llegar agosto, el vacío en Madrid, al menos en la primera quincena, es más evidente. Como buena “provinciana” siempre he mantenido que éste es el mejor mes para disfrutar de la capital, aunque sea trabajando. Pero lo que no baja es la carga de trabajo, al menos para quienes tenemos en nuestros cuadernos de cargas la obligación de impulsar proyectos e ideas. Faltan manos a las que repartir y lo que no sobra el tiempo. La única ventaja es que quizá hay menos presión generalizada. Continuar leyendo «¿Veranear trabajando?»