Cuentan en familia que ella de pequeña quería ser “mujer con sayas”. Nunca entendí bien el significado de la expresión, lo único que sabía a ciencia cierta es que, desde pequeña, ella nos acogió en su casa como hijos, cocinó los platos más sabrosos, nos inculcó el poder de la palabra y la importancia de la concordia. Un día, sin darnos cuenta, cayó enferma y todo cambió. Y siguió dando ejemplo a lo largo de toda la vida.