Cuando daba vueltas al título para el blog que iba a lanzar, empecé a escribir los que se me ocurrían y a comentarlo con un grupo reducido de personas para ver más que escuchar su reacción y opinión. Me di cuenta de que gusta el humor y la alegría, y nada la crudeza y la realidad. Y como buena navarra, opté por el camino difícil. Continuar leyendo «El temor y el tumor: Más que un día»