Cuando me recomendaron que durante un año evitara el sol, me cayó como un jarro de agua. Me gusta tomar el sol, pasear por la playa, mirar el mar, sentir la arena en los pies. Pero pronto me di cuenta que sólo era una precaución y, como en todo, un parón en la vida ordinaria. Hoy veo cómo muchos de mis amigos, compañeros y vecinos preparan sus maletas y se van de vacaciones. También ahora me toca sacar lo positivo: para no estar bien, donde mejor en casa. Continuar leyendo «Agosto sin sol abrasador»