“Ser agradecido es de buen nacido”, rezaba el refranero español. Y es verdad. Y más aun cuando vemos cómo esta virtud, valor, característica, ha caído en desuso. Hay que reconocer las oportunidades que la salud, el trabajo, la vida, las vacaciones nos proporcionan, por eso hay que vivirlas como si fueran las últimas (o quizá las primeras, que tiene más emoción).