Te preguntan permanentemente qué tal te encuentras y sientes que te repites y repites; que no avanzas y aburres con tu discurso. Releo por enésima vez (ya sin asombro) la larga lista de efectos secundarios del tratamiento y creo tener un fantástico don para mimetizarlos y cogerlos todos.
Lo complicado es diferenciar efectos secundarios de los altibajos de una mala salud de hierro. Pasan las semanas (y ya meses) y no sabes si los dolores de cabeza, de estómago, la caída de pelo, los pitidos en los oídos y la visibilidad borrosa se deben realmente a la hormonoterapia o al cuerpo serrano que me aloja.
Hay mujeres que se maquillan para mejorar su aspecto, sus ojos y pestañas y hacerlos grandes, yo desde hace años me limitaba a las gafas de sol de diadema disimuladoras de las jaquecas habituales. Salía de cualquier sitio y bajaba la sombrilla para poder vivir el mundo exterior. Pero de repente empecé a notar que me costaba leer y las cambié por las gafas-lupa para poder leer, es cuando me di cuenta que iba haciéndome mayor y sabia. No era solo estética.
Desde hace varios meses el dolor de cabeza, la vista cansada, la visión borrosa dificultan que lea con tranquilidad esos libros de amor, acción y misterio que tengo pendientes. En las exposiciones de pintura el uso del color se ha convertido en la forma de delimitar los espacios y formas. A El Bosco le faltan perfiles milimétricos y le sobran brumas y nebulosas.
No tengo fuerzas para pelearme y me acuerdo de la amiga que desde hace años tiene que aumentar los textos del móvil y el ordenador, y recurrir a la lupa para trabajar. La diferencia es que me dicen que es transitorio. No sabemos por cuánto tiempo pero transitorio.
Los textos del blog son corregidos por el corrector automático y a veces las s con x, y se cuelan letras duplicadas. Veo menos y veo peor. Y sí, me agobio porque me gusta tener las cosas claras. Los correctores ortográficos engañan y sólo la mano de un escribiente puede, si no está de vacaciones, salvarte de una patada al diccionario.
Y yo, que me reía del aparato auditivo de mi padre y de las gafas progresivas, veo que no soy nada sin mis «lunetas». Porque el motivo será el que sea, pero lo cierto es que solo veo titulares… y lo importante siempre es la letra pequeña.
Vamos compañera que eso nos pasa a todas y no es otra cosa que la edad. Ya sabes que esto es paso a paso y el ánimo arriba que es lo que más nos ayuda. Un besazo guapa
Mmm No me dejas otra opción que invitarte a los cafés, tu sólo trae tu taza.
P.d.: Para todo lo demás déjate querer 🙂
Todo lo que nos cuentas me parece muy valioso.
Tus experiencias ayudan a relativizar nuestros problemas. Gracias.
Dentro de nada estarás bien.
Un abrazo.
Así estamos todas. Lo ideal es que te fijes más. Y como el chiste: «ver no verá, pero se fija mucho». Son efectos secundarios con los que podrás, mientras; mientras tanto puedes ver ese contemporáneo de las cosas. El Bosco se fijaba mucho por eso su genialidad! Agudizas más el ingenio. Siempre te podrás agarrar más del brazo de tu propio! Tomar esta debilidad transitoria para disfrutar el imperfecto y eso que dominamos algunas.
No te preocupes esa serie de consecuencias secundarias. Yo veo, aunque veo menos que tu, que te permiten escoger unas estilosas «antiparras» modelo Jackeline Kennedy. Siempre controlaste estupendamente esa elegancia natural .
Tu tranquila aquí te leo, miro sin ver y trabajo cantidad el archivo de otros sentidos y me las ingenio genial para agudizarlo.
No te preocupes ya pasara….
Que razón tienes Julia. Todo pasará. Y aunque vaya a peor, como Jacky me pondré las gafas y saldré a ver un mundo por descubrir.
¡Ánimo! Te dejo una pregunta, ¿te ayuda leer los efectos secundarios? Yo decidí no hacerlo y, aunque viva en la ignorancia y sea una ingenua, la culpa la tiene la edad, el cansancio, la falta de sueño, los nervios…
Yo también decidí dejar de leer. Pero fíjate que esos no se me han olvidado, a pesar de tener que apunta hasta el piso en el que vivo. Hay que parar de leer sobre todo por el riesgo de empaparse de información poco rigurosa, que desanima y contra la que nada puedes hacer. Gracias campeona por ir por delante y mostrarme el camino. Nos llegará un día en el que podamos encontrarnos Tu, tu hermana, tu madre, toda vuestra familia y la mía, y disfrutemos de un día perfecto. !Y ese día llegará!