Si tu me dices ven

IMG_6460_difuminadoLagoA finales de octubre los días son cortos, las noches largas, el frio aparece y el marrón se adueña de la vida. En esta fecha hace unos años el Padre Enecoiz nos casó en la preciosa iglesia de Olite. Era un lugar intermedio entre el Baztán y Burgos, bueno más cerca de Elizondo, pero para eso era la novia. Allí fue testigo junto a nuestras familias y unos poquitos amigos del comienzo de la mejor aventura de mi vida.

IMG_6455_EnecoizSepiaEn el sermón nos dijo que daría su vida para que nuestro matrimonio fuera feliz. El gran lector de García Márquez, fumador empedernido, tenía el cáncer en su cuerpo, le había llamado a la puerta y se resistía a prestarle atención y miraba quizá para otro lado.

Así siguió hasta que nos dejó no sin dejarnos una herencia inmensa de amor a la literatura, a los amigos, a Dios y de respeto a lo diferente.
La vida ha sido generosa con nosotros. Más de veinte años de convivencia en los tiempos que corren es toda una vida. Hemos tenido oportunidad de vivir en el extranjero, de viajar a lugares increíbles, de conocer gente estupenda, de oler los más bellos azahares, de ver los atardeceres más románticos, de sentir los rocíos más suaves y beber siempre el agua más fresca.

Desde abril algo en nosotros ha cambiado. Garbancito llegó para irse pronto, pero nos dejó la casa desordenada. Y nosotros necesitamos vivir en armonía. Por ello, el Cid Campeador se ocupó de planificar los tiempos, agendar cada cita médica, acompañarme cada día al médico, llevarme en coche para evitar que me mareara, escucharme cada momento de duda, repetirme cada diagnostico y ofrecerme los silencios más acogedores.

Desde abril me propuse ser un poco más paciente, serena y sosegada. Dejé que me llevaran en brazos, me puse en manos de los médicos, bajé al quirófano con un guiño de complicidad a la anestesista, un compromiso de dejar mi cuerpo reformado a la especialista en ganglios centinela, escuché cada recomendación de la jefa de radioterapia y tomé el tamoxifeno que el oncólogo prescribió, intenté aprender algo de cocina cuando el cuerpo me lo permitía y caminé cada día cogida de su mano firme.

Y ahora puedo celebrar el aniversario por partida doble. En 1993 sentía el frio correr por mi cuerpo cubierto en seda blanca preciosa cuando iniciaba una vida en común. En 2016 siento el calor del abrazo permanente que rodea mi cuello, cubre mis hombros y levanta mi mirada hacia un futuro prometedor y afable.

VARONA-1

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14 opiniones en “Si tu me dices ven”

  1. Ha sido el mejor caballero para poder librar esta batalla y acabar con tu enemigo.
    No podías haber estado mejor acompañada.
    Feliz aniversario.!!!!

    1. Muchas gracias. No sé quien eligió o quien, pero fue acertado. Las batallas sólo se ganan en equipo. Y en mis filas he contado con grandes generales (médicos), soldados (personal de atención) y compañeros (familia, amigos, compañeros, compañeros, vecinos) y desde el cielo con unos ángeles de custodia excepcional.

  2. Qué bonito! Enhorabuena por esos más de 20 años de convivencia y amor … y que este pequeño percance os sirva para salir reforzados y coger impulso para otros tantos más. No dejéis de celebrarlo!!! Un fuerte abrazo

  3. María José . Soy Mercedes Corretge, de la carrera. Me emociona mucho leerte y me reconforta. Me das paz y te lo agradezco.
    Esto que has escrito es precioso. Amor, tal cual.
    Un abrazo

    1. Mercedes, que ilusión seguir compartiendo espacios! Espero que tengamos oportunidad de vernos en algún encuentro de universidad. Un fuerte abrazo,

  4. 20 Años son un suspiro… Sobre todo con un buen hombro donde apoyarse…

    Seguro que pasaran muchos nas 20’s..

    Enhorabuena sin temor…

  5. Felicidades por tu aniversario. También por tanto camino avanzado en la recuperación y por tu vuelta al trabajo. Desde Castejon, un abrazo de toda la familia.

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